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Hacerse un piercing es perforarse alguna parte del cuerpo para colocar algún tipo de joya decorativa.
Si deseas hacerte un piercing, lo primero que debes hacer, es buscar un centro de piercing de confianza donde se cumplan todas las medidas de higiene y seguridad establecidas.
Algo importante a mencionar, es que el material del pendiente es algo a considerar. El tipo de material recomendado para el primer piercing es el titanio, acero quirúrgico u oro de 14 o 18 quilates, ya que en son antibacterianos. Ahora, una vez terminado el proceso de cicatrización, el tipo de material puede cambiarse a cualquier otro, siendo incluso plástico. Eso sí, siempre cuidando que estén limpios.
La persona que hace la perforación, debe seguir normas de higiene, una de las principales es el uso de guantes tipo quirúrgico, nuevos. Una vez tenga los guantes, todo lo que toque debe ser previamente esterilizado. Por otra parte, está prohibido fumar dentro del estudio de piercing. Igualmente, es importante que la piel esté limpia y desinfectada antes de perforarse. También es importante tener en cuenta que, tanto el piercing como la aguja a usar, deben tratarse con la mayor esterilidad posible, junto con los guantes.
Las agujas de piercing suelen tener triple biselado y estar cortadas por láser para garantizar que sean lo más agudas posible. La cavidad dentro de la aguja recoge el tejido y la piel desplazados para crear un espacio para el piercing. El piercing inicial se empuja por detrás de la aguja. Algunos perforadores prefieren usar cánulas o agujas de catéter, que incluyen un tubo hueco de plástico en la parte posterior de la aguja. El proceso de piercing es el mismo, con la diferencia de que la joyería inicial insertada en la parte posterior de la cánula se suele deslizar a través de la perforación. Las agujas de piercing tienden a ser rectas, pero también existen agujas curvas que se fabrican para ciertos piercings, como los «Príncipe Alberto».
Las pistolas perforadoras se desarrollaron originalmente para marcar ganado y se introdujeron en el mundo de los piercings para perforar los lóbulos de las orejas, pero su nivel de seguridad ha quedado en entredicho en el pasado. La Asociación de Perforadores Profesionales (APP, del inglés «Association of Professional Piercers») no recomienda el uso de pistolas perforadoras para ningún tipo de piercing. Las agujas de piercing son siempre el método preferido, debido a sus altos niveles de seguridad y precisión.
Eso sí, debes tener en cuenta que el utilizar las agujas de piercing significa que el profesional debe tener más conocimiento y experiencia que con las pistolas perforadoras. Por eso, es recomendable verificar primero si el profesional que escoges para la perforación tiene la formación adecuada.
Como los piercings implican un cierto riesgo de infección, rechazo o migración de la joya, es importante emplear materiales hipoalergénicos y estériles para todos los piercings iniciales. Los dos materiales más frecuentemente utilizados son el titanio G23 y el acero quirúrgico 316L. El titanio es un metal puro que no contiene níquel y es seguro para todo tipo de clientes. Es ligeramente más caro que el acero quirúrgico. El acero quirúrgico contiene trazas de níquel, pero es seguro para la mayoría de los clientes. Otro material seguro es el oro, de 14KT en adelante. Otros materiales, tales como plata, madera, cuerno, hueso, BioFlex y PTFE deben utilizarse solamente para piercings ya cicatrizados.
Un buen proceso de cuidado posterior a la perforación minimiza la probabilidad de infecciones, migración y rechazo de los piercings. Si bien el tiempo de cicatrización puede variar mucho dependiendo de la ubicación del piercing, el régimen de cuidados posteriores se puede llevar a cabo durante todo el proceso de cicatrización.
Lo normal, es que el mismo perforador te dé las indicaciones de cómo debes cuidar el piercing para evitar complicaciones. De igual modo debe indicarse qué hacer si presentas alguna alergia al material o una infección.
Si hay algo que es imprescindible para que el piercing sane, es mantener una correcta rutina de higiene, eso ayudará a que el proceso de cicatrización sea mucho más rápido y se disminuya el riesgo de infección.
Al quitar y al insertar piercings y joyas corporales, se recomienda utilizar soluciones limpiadoras para un máximo de higiene. Estas pueden ser soluciones salinas o de sal marina. Además, es importante lavarse las manos concienzudamente antes de tocar el piercing. En algunos casos, puede resultar más sencillo usar una gasa limpia saturada de solución salina, aplicada suavemente en el sitio de la perforación. Por último, seca la zona presionando suavemente con papel desechable limpio.
Normalmente, las complicaciones que se dan al hacerse una perforación están ligadas con la falta de higiene. Por esta razón, es necesario llevar una rutina de limpieza minuciosa del piercing todos los días, sobre todo los primeros días después de hacerla, ya que es el momento en el que la herida está totalmente abierte y hay mayor riesgo. Si no lo haces, lo más seguro es que la herida se infecte.
Como ya dijimos, la limpieza debe ser meticulosa y, siempre usando los productos recomendados por el profesional en el estudio de piercings. Estos consejos son bastante prácticos si se trata de piercing corporal o facial. Por el contrario, si se trata de piercings orales, la limpieza suele ser distinta. En ese caso, lo primero que debes saber es que el correcto y fundamental cepillado es de tres veces al día, limpiar la boca con un enjuague antibacteriano, sin alcohol, sobre todo después de cada comida. Y ante todo, seguir las instrucciones del perforador profesional en su estudio de piercings.
Este cuidado especial de los piercing deben hacerse al menos durante el tiempo que tarda en cicatrizar la perforación, y esto dependerá del lugar donde esté. Pero recuerda preguntar a tu profesional para saber cuándo el piercing estará realmente cicatrizado o no.
A menos que la perforación esté infectada y sea necesario aplicar algún tipo de antibiótico, lo normal es que el proceso de cura o cicatrización de la perforación se dé naturalmente, sólo siguiendo estrictas medidas de higiene.
Sin embargo, sí existen ciertas medidas, además de la higiene, que puedes seguir para que el piercing se cure de forma más rápida y sin complicaciones:
Cómo ya dijimos en la sección anterior, siempre debemos contactar nuestro perforador profesional para saber qué material usar en la desinfección. Sin embargo, mantener el piercing limpio y desinfectado va más allá, por eso te dejamos algunos consejos que debes seguir al menos dos veces al día:
Si el piercing es oral, debes asegúrate de desinfectar la boca con el producto recomendado por el perforador y con enjuague bucal antibacteriano sin alcohol, aplicándolo sobre todo luego de comer.
Si recientemente te hiciste hace poco una perforación y sientes picazón, es algo de lo más normal. Pero si ves que es algo muy insoportable y que el la picazón perdura mucho tiempo es muy probable que estés teniendo una reacción alérgica al material del piercing. Debes verificar que no salga ningún líquido u olor desagradable de la herida. Además, es importante que evites a toda costa rascarte, eso aumenta el riesgo de infección. Lo ideal es que puedas cambiar la pieza por una de acero inoxidable. En el caso de que las molestias persistan, es necesario que consultes con tu especialista en el estudio de piercing donde realizaste la perforación y preguntarle qué tipo de material se ha usado y si hay riesgo de alergia.
Ahora bien, el tema de los materiales de los piercing es importante. Se ha demostrado que las peores reacciones alérgicas se han dado cuando se usan piercings de níquel. Actualmente, los piercings más recomendados son los de titanio y acero inoxidable. Así que si presentas picor en la perforación y sospechas que el tipo de material no es el apropiado, es necesario que contactes con tu perforador profesional para saber cuándo y cómo cambiar de pieza por una con un material distinto.
El sangrado es normal durante los primeros días tras haberse realizado una perforación o si realizamos un movimiento de la piel que provoque una herida nueva. Obviamente, el sangrado no debe ser abundante. Ya pasado un tiempo, si el piercing continúa sangrando abundantemente es probable que se trate de una infección y debes consultar a un profesional.
Para controlar el sangrado recomendamos aplicar hielo y compresas frías en la zona para cerrar los capilares. Siempre con la mayor esterilidad posible para una correcta higiene.
Es importante evitar aplicar en la herida algún tipo de cremas o remedios caseros para detener el sangrado, siempre y cuando no estén recomendados por un profesional, ya que el efecto puede ser contraproducente.
Sí, es normal siempre y cuando se trate de los primeros días luego de hacerse el piercing y si el sangrado es controlado. Si por el contrario el sangrado es abundante, hay enrojecimiento de la piel, dolor agudo, inflamación y presencia de pus, lo mejor es que consultes a tu médico, ya que no es una situación normal.
El pezón es una zona bastante delicada debido a su sensibilidad y a que la zona puede ser maltratada si no se tiene el cuidado necesario. Por eso, se debe tener especial cuidado al hacerse un piercing en el pezón. El riesgo de infección en esta zona es mucho más alto. Lo mejor que puedes hacer es cuidarlo siguiendo las recomendaciones de un profesional verificado. La higiene es primordial para que cicatrice correctamente.
Ahora bien, durante los primeros días y en cierta medida, el dolor, sangrado e inflamación suele ser normal. Si estos síntomas persisten más tiempo y/o existe presencia de pus, es muy posible que exista una infección. Esto puede evitarse limpiando muy bien la zona durante todo el tiempo de cicatrización. Además, ten cuidado al momento de usar cremas corporales, perfumes o al ponerte cualquier tipo de ropa que garantice el contacto con el piercing.
Después de un cierto período, es posible que un piercing luzca completamente cicatrizado antes de que el proceso realmente termine, y como los tejidos cicatrizan desde la superficie hacia adentro, es posible que los tejidos interiores aún estén frágiles. Por lo tanto, es importante seguir siempre los consejos de un perforador profesional. Dormir lo suficiente, mantener una dieta sana, evitar el estrés, el alcohol y la nicotina son buenas prácticas durante el período de cicatrización.
El tiempo de cicatrización de un piercing dependerá del área corporal perforada, del mantenimiento de limpieza y del trato que se le dé a ese piercing. Es decir, si estamos tocando el piercing todo el tiempo, la duración de curación será mayor. Ciertamente, algunas tendrán un mayor riesgo de infección bacteriana, además de otras posibles complicaciones. Por ejemplo, las perforaciones en los lóbulos de las orejas normalmente tardan de 6 a 8 semanas en cicatrizar. Pero las perforaciones en los lados de las orejas, que contienen cartílago, pueden tardar en cicatrizar desde 26 hasta 52 semanas. La razón principal de que esto suceda, es que el tipo de tejido que se perfora en cada zona es distinto.
Por ejemplo, las perforaciones en la lengua suelen hincharse mucho al principio, incluso cuesta ingerir alimentos y es doloroso, pero cicatrizan muy rápido si el material del piercing es el adecuado. Las joyas de metal en la lengua no son recomendadas, ya que pueden dañar las encías y el esmalte de los dientes. De hecho, la Asociación Americana de Odontología (ADA, American Dental Asociación), no está de acuerdo con que se realicen ningún tipo de perforaciones orales, por todos los riesgos que implica.
A veces, las perforaciones en los pezones o en el ombligo, pueden tener mayores complicaciones a la hora de la curación. Esto es debido a que solemos usar ropa ajustada, lo que multiplica el contacto y movimiento del piercing. Por lo que aconsejamos tener especial cautela para los piercings en esta zona.
A continuación te mostramos algunas estimaciones temporales de cicatrización según el área a perforada:
Debe evitarse mover el piercing y arrancarse las costras a su alrededor durante el período de cicatrización. No uses alcohol, peróxido de hidrógeno o jabones que contienen triclosán, porque estas sustancias pueden dañar a las células, secándose en exceso. Por último, los productos de belleza y cuidado personal, tales como los cosméticos, las lociones y los aerosoles deben mantenerse lo más lejos posible del piercing.
Lógicamente, las cosas que debes evitar cuando una perforación está cicatrizando, dependerá exclusivamente de la ubicación de las mismas. Por ejemplo, si está en la boca, fumar o beber alcohol no es recomendable. Pero si está en zonas como ombligo o pezón, lo mejor es no colocarse ropa muy ajustada para evitar que se desgarre la piel.
Es necesario ser pacientes antes de cambiar un piercing inicial, porque esto puede causar infecciones, inflamación y hasta el cierre total de la fístula del piercing si se hace demasiado pronto. Solo se debe cambiar el piercing cuando el sitio de la perforación haya cicatrizado completamente. Un perforador profesional puede dar consejos acerca del período, puesto que cada ubicación de piercing tendrá su tiempo de cicatrización específico, y cada individuo es diferente. En términos generales, los piercings estándar en los lóbulos de las orejas pueden tardar hasta 8 semanas en cicatrizar totalmente, los de los cartílagos de la oreja hasta un año, al igual que los de la nariz y los del ombligo. Los de la lengua suelen tardar unas 4 semanas si no hay complicaciones. Recuerda siempre pedir consejo a un perforador profesional acerca de tu caso específico.
Si bien la sensibilidad y el umbral de dolor son diferentes en cada individuo, en general se considera que los piercings menos dolorosos son los de los lóbulos de las orejas, el ombligo, la lengua y las cejas.
Los piercings en el cartílago de la nariz, labios, dermis y narinas tienen un nivel de dolor intermedio.
Los piercings más dolorosos son los de las áreas más sensibles, como los pezones y las zonas íntimas.
De todos modos, recuerda que el dolor es subjetivo, no todos lo perciben del mismo modo.
Si te hiciste un piercing recientemente, lo primero que debes saber es que es normal sentir dolor, inflamación y sangrado, pero esto debe disminuir poco a poco a medida que pasan los días. Sin embargo, mientras eso sucede puedes hacer varias cosas para sentir un poco de alivio:
Es posible perforar prácticamente cualquier parte del cuerpo. Sin embargo, la anatomía de cada individuo debe ser evaluada antes de hacerse un piercing
cruz de la hélix, hélix vertical, lóbulo, hélix, hélix frontal, rook, tragus, tragus superficial, industrial, concha plana o externa, lóbulo transverso, concha dérmica, lóbulo estirado, lóbulo transverso, orbital y aurícula.
nostril estándar y alto, nasallang, cartílago (septum), septril, rhino, Austin bar y tercer ojo. También existen otras variaciones de los piercings nasales.
jestrum, labret, snakebites, medusa o philtrum, dalias, mordidas caninas, mordidas de ángel, cibermordidas, mordidas de araña, Madonna, Monroe, labret vertical, mordidas de delfín, labio horizontal, Ashley y mordidas de tiburón.
lengua horizontal, lengua inverso, frenulum, friendly, frowny, media lengua, snake eyes, vula, venom, surface/scoop y smiley, así como múltiples piercings en la lengua.
ojo, anti-ceja, puente, mejilla u hoyuelo, ceja, tercer ojo, ceja horizontal, mandíbula, nariz.
ampallang, apadravya, dydoe, prepucio, frenum hafada, lorum, kuno, frenum dorsal, Escalera de Jacob, delfín, púbico, escroto, perineo, Príncipe Alberto o Príncipe Alberto inverso.
Christina, prepucio del clítoris vertical y horizontal, clítoris, triángulo, Princesa Diana, labios exteriores, labios interiores, Fourchette, Isabella, labios, Nefertiti, Princesa Albertina y triángulo.
los pezones, el ombligo, la cadera, la nuca, la muñeca, la clavícula o cualquier otra parte del cuerpo que se nos ocurra con suficiente carne para un piercing microdermal.
Los piercings también se pueden hacer como terapia médica. La acupuntura, que es una antigua tradición curativa, funciona como una alternativa de medicina holística. En la década de 1950, el Dr. Paul Nogier determinó la conexión entre la estimulación de partes de la oreja y otras partes del cuerpo. Se dice que perforar un punto específico permite estimular puntos de reflejos y mejorar el flujo de energía en el cuerpo, cosa que puede influir en el dolor, ciertas funciones corporales y también ciertos órganos internos.
En el caso de la acupuntura, la cual se basa en la estimulación de distintos puntos del cuerpo para facilitar el correcto flujo energético, una de las terapias que se usan consiste en dejar permanentemente agujas en ciertas zonas del cuerpo y así permitir la estimulación continua de algunos puntos.
Un ejemplo es la teoría de microsistemas de auriculoterapia, donde se establece que el lugar donde se realiza la perforación para los aretes en el lóbulo de la oreja corresponde a los ojos. Según una tradición china, al colocar aretes en ese lugar se busca que “los ojos brillen como piedras preciosas por la eternidad”. Por eso, es tan importante que elijas bien el lugar dónde quieres hacerte el piercing, ya que puede tener varias repercusiones en tu salud y estética.
Toda persona que decida hacerse un piercing debe entender que corre un riesgo. Si vas a un lugar certificado con profesionales en el área de piercing, esos riesgos se reducen, pero siempre existen.
Evidentemente, hacerse un piercing estando embarazada no es algo oficialmente prohibido, pero no es recomendado sobre todo si se piensa hacer en zonas que con el embarazo sufren cambios. En general se habla de tres zonas prohibidas: ombligo, pezones y genitales.
Ahora, los piercings en orejas, nariz, boca o cejas, representan riesgos menores, cuya complicación mayor puede tratarse de alergias o de una infección. Por eso, se recomienda que si se desean colocar piercings sea hasta después del parto, es mucho más seguro tanto para el bebé como para la madre. Es mejor evitar complicaciones en el embarazo, que ya de por sí es una etapa delicada.
Estos posibles riesgos los corre todo el mundo, pero en el caso de las mujeres embarazadas el riesgo en mayor. Por eso, hacerse piercing no es una práctica recomendable durante el embarazo, ya que representa un riesgo innecesario. De hecho, algunos perforadores se niegan a tratar con mujeres embarazadas.
Todo esto es debido a que en las mujeres embarazadas, las infecciones suelen ser complicaciones de alto riesgo ya que por su condición, la mujer no puede tomar algunos antibióticos para combatirlas.
En occidente, el piercing es una práctica totalmente estética que, cualquier persona, hombre o mujer, a cualquier edad puede realizarse, siempre y cuando se conozcan los riesgos a los que se enfrentan.
Uno de los problemas más comunes es que los interesados desconocen los riesgos a los que se enfrentan y el tipo de cuidado e higiene que debe tener el estudio de piercing que elijan.
Además de las posibles alergias por el material de la pieza o las infecciones que se pueden dar por un mal cuidado.
Por eso, se recomienda que la persona al tomar la decisión de hacerse un piercing, antes de hacerlo se debe documentar acerca de los riesgos y consecuencias a las que se expone. Igualmente, entender los cuidados necesarios para evitar estas complicaciones.
También debemos tener en cuenta esos momentos en los que un consumo elevado de alcohol nos lleva a la realización de perforaciones. Estos momentos pueden llevarnos al arrepentimiento y/o a pasar un mal rato para luego querer quitarnos el piercing.
La realidad es que en la ley no existe estipulado ninguna edad límite para realizarse un piercing. Sea que tengas 14 o 50 años, puedes ir a algún estudio de piercings y hacerte uno. En la nariz, ombligo, orejas, labios, cejas, pezón, genitales, donde sea.
Es bien sabido, que el público que se siente más atraído por esta práctica, que se ha puesto nuevamente de moda, son los adolescentes. Desde los 12 a 16 años son las edades más comunes. Por esa razón, los estudios de piercing respetables, no realizan perforaciones a menores de 18 años, a menos que cuenten con la autorización de sus padres o tutores.
Lo importante, es que cuando la persona decida realizarse una perforación, lo haga consciente de todos los riesgos a los que se expone, buscando un lugar y persona profesional capacitada para hacerlo. Además, de que tenga la madurez necesaria para hacerse el piercing por motivación personal y no por presión social.
Originalmente, las perforaciones en la boca, nariz y orejas comenzaron a hacerse con fines netamente culturales. Y es que estas perforaciones se hacían con el fin de colocar joyas y ornamentos y/o para mostrar algún tipo de cualidad. Inició en las sociedades tribales, donde las perforaciones se hacen como un ritual de iniciación a la vida sexual o adulta de sus miembros.
Por ejemplo, los esquimales empezaron a usar algunos perforados llamados labrets. En su cultura se practicaba en los miembros que pasaban de la niñez a la edad adulta. Esto significaba que tenían cualidades y actitudes que les permitían ir a cazar con los miembros mayores de su tribu.
Las tribus mursi y masái, también han usado perforaciones, en este caso, sólo las mujeres, las cuales deforman su cavidad bucal con discos para aumentar de tamaño la boca, al igual que sus lóbulos usando carretes metálicos muy grandes.
Antiguamente, las tribus Sioux, pedían a sus jóvenes someterse a una prueba que consistía en hacerse una perforación en el pecho con garfios, lo que les permitiría colgarse con cuerdas a un árbol hasta lacerar la piel, así demostraban ser aptos para la vida del guerrero.
En la mayoría de estas culturas, creían que pasar de la adolescencia a la edad adulta significaba que tenían la capacidad de soportar dolor, este es uno de los motivos por los que se representaba colocando algún piercing. Un ejemplo de ello es una tribu de Borneo, en donde los jóvenes se hacían perforaciones en los genitales.
Sin embargo en otras culturas estás prácticas no son más que elementos decorativos o religiosos. Algunas religiones asiáticas tienen como tradición hacer perforaciones en mejillas y lengua mientras están en trance. Algunos grupos hinduistas o islámicos también han adoptado estas prácticas.
Por otra parte, los piercings eran normales entre los mayas, quienes se perforaban la lengua y genitales como parte de un ritual sangriento, mientras que los más devotos se perforaban durante las festividades religiosas. Así querían romper los límites del ego y trascender alcanzando otros estados de conciencia.
El caso de los indios americanos es otro. Hacían rituales danzando en los que se quedaban suspendidos desde elementos que les perforaban la piel. Todo esto sobrevivió en el tiempo, pero con ciertas variaciones. En la época victoriana, se dió a conocer que algunas personas se realizaban piercings con joyas en los pezones y el pene. De hecho, uno de los piercings más populares fue denominado “Príncipe Alberto”, marido de la Reina Victoria de Inglaterra. Pues dicen que llevaba un anillo en el pene que le permitía colocar adecuadamente sus genitales a derecha o izquierda dentro de los estrechos pantalones de los uniformes de la época.
Los piercings volvieron a ser una moda impuesta por los punk, en la Europa de los años 70. Cuando se usó está técnica cómo medida de protesta por estar en desacuerdo con la sociedad. También, el piercing pasó a ser una práctica común entre el grupo LGTBI, volviéndose una moda muy popular en el mundo del cine.
Ahora bien, aun en este tiempo, algunas tribus han adoptado estas prácticas. Un ejemplo de ellos son los guerreros Potok, quienes portan en su boca un disco labial y se perforan el tabique nasal con una hoja de árbol. Por otra parte, las mujeres de Nueva Guinea se perforan con una espina de pez las aletas nasales y el tabique, mientras que los hombres llevan dientes de pez. Las mujeres Tinglit, por su parte, se perforan el cuerpo como muestra de paso de la pubertad a una madurez en todos los sentidos, pero sobre todo sexual.
Actualmente, la idea que se concibe del piercing cambió, se ha vuelto popular hasta en el mundo de la alta costura, apareciendo como accesorio en desfiles de moda de diferentes diseñadores.